EL PERÚ ESTÁ PODRIDO

El título del presente artículo parece demasiado fuerte; muchos dirán incluso inapropiado. Me da mucha pena poner ese título, pero seamos conscientes para aceptar que el Perú está realmente podrido.

El Perú está podrido y no hacemos nada para cambiarlo. Vivimos pasivamente en medio de esa podredumbre, que ya lo estamos aceptando como algo normal; muchos sentimos impotencia para cambiar nuestra situación de caos, desorden, corrupción, delincuencia. Todo está podrido en todas las instancias. En nuestro país los políticos son delincuentes de corbata; expresidentes de la nación en la cárcel y otros perseguidos por una endeble justicia, gobernadores regionales en la cárcel, mafias organizadas en los gobiernos locales que afrontan proceso por corrupción; es decir, nadie se salva. Los asaltos y asesinatos diarios por delincuentes que se han graduado en los penales y que fueron liberados por jueces y fiscales corruptos. Mujeres maltratadas y asesinadas por personas desquiciadas a quienes los absuelven con facilidad bajo el amparo del poder y el dinero.

Los delincuentes y corruptos de cuello y corbata no sólo son la mayoría de los políticos; hay también profesionales que se enquistan en instituciones y empresas grandes o pequeñas ante la pasividad de sus miembros. Ya no tienen sangre en la cara, ya que son protegidos por otros que también reciben su parte.

El Perú está podrido porque hay un desorden generalizado. La estresante congestión del tránsito vehicular genera pérdidas irreparables de horas hombre, de dinero en combustible y la policía ya se rindió para resolver el problema ya que se cansaron de poner papeletas que nunca las pagan; entonces los conductores indisciplinados cometen con impunidad absoluta todo tipo de infracción en las narices de las autoridades, y no pasa nada.

El Perú está podrido porque no hay sanción ejemplar para quienes delinquen. Un colaborador eficaz señala que se entregó mucho dinero a los partidos políticos. Ojo: El colaborador eficaz no puede mentir – hay condiciones legales para que su declaración sea verdadera – sin embargo, los candidatos niegan la versión del colaborador eficaz amparándose en que no se mencionó el nombre de ellos. ¡Qué sinvergüenzas!

Si todos los involucrados en actos de corrupción fueran severamente castigados y encerrados en los penales, habría fiesta nacional y sería el inicio de un cambio en nuestro país; pero no sólo dudo que esto ocurra, sino que estoy seguro de que nada pasará, y la podredumbre seguirá envolviendo todas las esferas de nuestro país y nuestra sociedad, temo que llegará finalmente a los propios hogares y nadie ni nada nos salvará

Muchos hablan y escriben sobre este tema, pero allí queda. Creo que es tiempo de hacer algo por nuestro país. Los maestros tenemos la oportunidad de ser los protagonistas de la transformación; desde nuestra aulas o desde una cátedra, necesitamos primero educar bien a los estudiantes y por ende a la población, haciendo que a futuro se proyecten a ser buenos profesionales, pero siendo “hombres y mujeres de bien”. Los maestros brindemos conocimientos de calidad, pero al mismo tiempo despertemos en ellos el deseo de cambiar y mejorar el futuro de nuestro país. Nuestros estudiantes, así como toda la población somos 100% consumistas, los países poderosos y de alta tecnología nos tienen con la mente adormecida haciéndonos disfrutar de las comodidades que nos brindan sus inventos como los celulares, televisores y computadoras de última generación. Entonces los jóvenes estudiantes no desarrollan su pensamiento crítico mientras están sumidos en el encanto de la tecnología que en corto tiempo te invita a renovar lo que ya tienes por otro que es mucho más sofisticado. Eso les encanta y les conviene a los políticos, teniendo a una población sin cultura ni buena educación, entretenida en banalidades mientras ellos saquean las arcas de nuestra nación. Desde las aulas de los colegios o instituciones educativas y universidades tenemos que inyectar cultura y reflexión sobre los temas que agobian a nuestros jóvenes estudiantes. Intentemos, por lo tanto, crear un Poder Civil liderado por profesionales honestos, que sin la necesidad de la violencia podamos hacer que las cosas cambien de una vez por todas. Un claro ejemplo de la importancia y el valor de un Poder Civil lo tenemos en el movimiento que lideró el gran Martin Luther King Jr. En la década del 60. Martin Luther King Jr. desarrolló una labor crucial en los Estados Unidos de Norte América al frente del movimiento por los derechos civiles para los afroestadounidenses y que además participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de Vietnam y la pobreza en general. Por esta actividad encaminada a terminar con la segregación estadounidense y la discriminación racial a través de medios no violentos fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964. Martin Luther King Jr. Hizo tambalear al país más poderoso del mundo sólo con marchas o manifestaciones pacíficas, demostrando que el poder civil es más fuerte que cualquier otro poder en un país democrático.

Es hora de encender la llama de la libertad que ilumine a nuestro pueblo con justicia y cero corrupciones, no tengamos temor, denunciemos a los corruptos y delincuentes; es verdad que tratarán de aislarnos, o desaparecernos; pero es hoy o nunca. Será un honor ser despreciado, hostigado incluso ridiculizado por aquellos pobres de espíritu que creen tener la razón y la verdad; pero, es tiempo de iniciar un cambio urgente, nuestro querido Perú lo necesita.

“Imagínalo con toda tu mente; Créelo con todo tu corazón; Lógralo con todas tus