Reconozco sinceramente que hasta hoy sigo siendo un papeluchero; guardo siempre artículos, periódicos donde haya algo que me haya gustado o impactado. Revisando el rincón de mis archivos encontré Un suplemento del diario La Primera de Junio del 2010 llamado IDENTIDAD, cuyo jefe de redacción es mi dilecto amigo y promoción el Maestro José Félix Damián. Lo guardé porque había temas interesantes en la página titulada La juventud de ayer y hoy. Allí hay una columna titulada “Don Chava”, cuyo texto vale la pena reproducirlo:
Escucha sobrino. Nosotros, los que vivimos del trabajo digno y honesto, tenemos una alta moral y el corazón contento. ¿Quieres saber por qué? Te lo voy a decir.
Hace muchos años, cuando aún tú no habías nacido, en los colegios recibíamos una sólida formación integral. Nuestros profesores, con una presentación impecable, se esforzaban para inculcarnos valores afirmativos y fecundos.
Precisamente porque asimilamos los nobles consejos de nuestros maestros, fuimos abriéndonos paso en el abrupto camino de la vida. Siempre hemos llegado a la meta para partir de nuevo, corrigiendo nuestros errores y desarrollando nuestros aciertos. Así hemos escalado peldaño tras peldaño hasta hacer realidad nuestros sueños.
El camino recorrido no ha sido fácil, sobrino. Hemos luchado y seguimos luchando por el bienestar de la colectividad. En esta larga lucha contra la vieja política criolla, hemos tenido muchos fracasos y amarguras. Pero también es justo decirlo, hemos adquirido una invalorable experiencia.
Estoy convencido que al centrar nuestra atención en una educación de calidad, ligada al proceso productivo, forjaremos una generación de pensamiento y acción. Una generación calificada para interpretar su realidad y para luchar por su transformación. Ahí estás tú sobrino y muchos como tú, para cumplir dignamente con su rol generacional.
Ustedes son el presente y el futuro del país. Ustedes forjarán una región nueva. Únanse y entiéndanse en torno a una idea común y un rumbo solidario. Luchen por sus ideales al servicio del pueblo.
Sí sobrino. El asunto es cambiar el orden viejo por un orden nuevo. Con trabajo solidario y paciencia lo harán. He ahí el cambio esperado.