Cuando inicio una clase de matemática con los adolescentes del nivel secundario tengo que hacerles cada vez con mayor frecuencia un pedido especial. Esa solicitud resulta para ellos una acción muy sencilla pero inmensamente difícil: “dejar de conversar”. Considero que en esta sociedad de la información en la que vivimos, una consecuencia negativa para los estudiantes de hoy es que el grado de concentración se ha reducido al mínimo. La sociedad de la información debe ir de la mano con la sociedad del conocimiento; sin embargo la cultura de nuestros estudiantes hace que se queden en la sociedad de la información a través principalmente de las redes sociales de tal forma que en todo momento van acumulando información nada valiosa que al llegar a la escuela tienen que necesariamente descargarla para dar paso a otro paquete de información nada provechosa. Cuánto daño causa a los adolescentes el hecho de no ser alertados ni orientados en el hogar sobre las consecuencias del uso indebido de los medios que propician este tipo de información, llámese computadoras o celulares. Me he dirigido a los padres de familia de distintas maneras, para que eviten el daño irreparable en el proceso de aprendizaje de sus hijos simplemente no proporcionándoles celulares de última generación ni permitiéndoles usarlo en las escuelas.
Cuando ingreso a un aula, mis alumnos se ponen de pié; los saludo y les digo cordialmente: “Les voy a pedir algo que es tan sencillo pero a la vez muy difícil”: Dejen de conversar por favor, que voy a empezar mi clase. Los estudiantes toman asiento y guardan silencio pero el pedido tengo que repetirlo muchas veces hasta que finalice mi sesión.
“Ama Sua – Ama Llulla – Ama Quella”
Silencio pero tan facil y al mismo tiempo tan dificil
Hay profesor es verdad es algo tan sencillo pero para nosotros es dificil, no podemos guardar silencio 🙁