FIESTA INOLVIDABLE EN CORIS

En el Distrito de Coris, provincia de Aija de la Región Ancash, se lleva a cabo la celebración de la fiesta de San Pedro patrono de Coris el 29 de junio de cada año. Para esta celebración se elige o autoeligen a los funcionarios llamados mayordomos quienes tienen toda la responsabilidad de llevar a cabo dicha celebración que tiene una duración intensa de 3 días. Es un trabajo tan inmenso para los Mayordomos que necesariamente requieren del apoyo solidario e incondicional de toda su familia y amistades para que lo planificado sea un rotundo éxito como lo fue esta vez. Ellos, los mayordomos requieren de un plan estratégico muy bien diseñado de tal manera que todo lo tienen controlado en lo más mínimo.

Este año 2022, se llevó a cabo esta gran fiesta luego de haberse suspendido dos años debido a la Pandemia del COVID 19. Coris se vistió de gala a partir del lunes 26 donde los mayordomos recibieron a las Bandas Sinfónicas de músicos con más de 40 integrantes cada una. La extraordinaria calidad de cada Banda sinfónica invitaba a dos cosas importantes: al baile alegre que nadie se puede ni quiere perder y a escuchar el sonido melodioso y puro como si estuviéramos en un gran mega concierto al igual que la de cualquier país del mundo entero.

A pesar de haber nacido en este hermoso distrito de Coris, como lo menciono en mis datos biográficos de mi libro PUENTE CULTURAL, mis padres me criaron y educaron en la ciudad de Huaraz; sin embargo pasé mis vacaciones enteras de toda mi infancia y adolescencia en mi querido Coris, disfrutando del aire limpio y puro además del sol radiante en el día y un cielo totalmente estrellado en las noches; empero por motivos de estudio nunca pude asistir a esta celebración durante mi niñez y adolescencia. Luego de adulto tampoco pude hacerlo; me era imposible por ser esclavo responsable del trabajo como docente tanto en el nivel secundario como universitario en la ciudad de Lima. Este año que tengo menos carga de trabajo, me felicito haber hecho lo imposible para asistir por primera vez en mi vida a esta importante fiesta durante los tres maravillosos días que estuve presente.

Agradezco infinitamente a los mayordomos Cecilia Margarita Tinoco Usúa y Lauro Leonides Gonzáles y esposa Irma Elena. Ellos, con la valiosa colaboración de sus respectivas familias y amistades fueron los artífices de este magno evento. Mis respetos y gratitud a ellos. Gracias Leonides por tu cálida y cordial invitación; del mismo modo gracias Julita Usúa por hacerme llegar la invitación en nombre de tu querida sobrina Cecilia y sobre todo, por haberme animado para asistir a la fiesta de San Pedrito de Coris.

El primer día, 27 de junio, los mayordomos hacen el recibimiento de las Bandas sinfónicas de música quienes en un acto protocolar saludan en conjunto al Santo Patrón en el templo, bajo el acorde de sus hermosas melodías, en la tarde se lleva a cabo el tradicional “Carga Yekí” que significa la entrada de la carga; es decir, ingresan sobre el lomo de los burros muy bien adornados con cintas multicolores todos los productos que el pueblo consumirá durante la celebración de la fiesta.  Delante de la carga los mayordomos hacen su ingreso a caballo repartiendo a diestra y siniestra golosinas, frutas y todo tipo de regalos, mientras los niños, cual bandada de palomas se lanzan por los aires y el piso a recoger todos los regalos que les sea posible. Por otro lado, los jóvenes y adultos ingresamos danzando y enlazados de los brazos al ritmo del pasacalle. En ese recorrido alegre y vistoso y al mismo ritmo del pasacalle se desplazan por todos los ángulos por encargo de los funcionarios, una comisión de personas que con tanta amabilidad van repartiendo las botellas de cerveza o chicha de jora a todo el pueblo para calmar su sed y llenarse de energías suficientes. Ellos, con esta cortesía estimulan el ánimo de los participantes, la fiesta recién comienza, es el primer día y debe ser un ensayo para el día siguiente que será mucho más intenso el derroche de energías por ser la víspera del día de San Pedro. La alimentación para todo el pueblo está garantizada por la generosidad de los mayordomos y sus respectivos donantes.

El segundo día, el pueblo es recibido generosamente en la casa de los mayordomos para su respectivo desayuno y almuerzo con platos tradicionales donde se lucen el caldo de cabeza con mote de maíz, el caldo de carnero y el infaltable picante de cuy, bandera de la gastronomía corisina; siempre acompañado de la rica chicha de jora, o la espumante cerveza juntamente con sus agradables pancitos de Coris hechos en casa de los funcionarios. El pueblo bien alimentado se prepara para disfrutar de la gran fiesta de vísperas. Por la tarde hay una misa previa al día central, el pueblo católico muestra su fe solicitando a través de la oración que el santo patrono interceda al Señor para que haya paz y armonía en el mundo entero. Culminada la misa se inicia la gran fiesta cuya duración será hasta el día siguiente. A parte del baile hay un espectáculo maravilloso de fuegos artificiales y la quema de castillos. En la plaza de Coris se encuentran ubicados en distintos lugares estratégicos la principal comisión de la noche para dar de beber gratuitamente a todos quienes lo soliciten. Pides dos cervezas y te las dan, pides una caja entera y te la dan, siempre acompañado de los vasitos descartables; la generosidad de los mayordomos es total. Las bandas de músicos interpretan lo mejor de su repertorio que incluyen huaynos ancashinos principalmente al puro estilo corisino y huaracino; termina de tocar una banda e inicia la otra o finalmente en simultáneo como si estuvieran compitiendo tocan sus instrumentos con coreografía incluidos, pero el baile no se detiene. Confieso que jamás había bailado y zapateado tanto y casi sin parar toda la noche hasta las 4 de la madrugada; increíblemente sentía mucha energía producto de la alegría y felicidad que sentí en esos maravillosos momentos. Estoy seguro que ninguna persona que asista a una fiesta de San Pedro dejaría de bailar contagiados por la buena música y la algarabía de todo el pueblo corisino. También les confieso que nunca había visto en otro lugar la quema de Majestuosos castillos y fuegos artificiales, impresionantes y hermosos. Tres inmensos castillos se quemaron puntualmente a las 12 de la noche, a la 1 y 2 de la madrugada respectivamente como se había programado.

El tercer día es el día central del Santo Patrono de coris. El día está más calmado no sé si por el cansancio de tanto haber bailado o por el recogimiento espiritual del día de San Pedro. A medio día se llevó a cabo la misa solemne en el templo San Pedro de Coris, con la presencia de los mayordomos y todo el pueblo, para luego finalizar con la respectiva procesión de la imagen. Antes del inicio de la procesión tuve que iniciar mi retorno a Lima, mi permiso en el trabajo había terminado. Me perdí el banquete final, pero gané y lo llevo en mi corazón todo lo vivido en esta hermosa fiesta de San Pedrito. Durante el trayecto de mi viaje de retorno, cerraba mis ojos y encontraba la grabación en mi retina de las imágenes de todo lo vivido y disfrutado en estos tres días que para los visitantes fue solo diversión total, pero para los mayordomos y sus familias fue un derroche inmenso de energía por el arduo trabajo para cumplir su misión. Por ello, mis respetos, agradecimiento y felicitación profunda a ellos. He podido apreciar la entrega solidaria de los amigos y familiares de los mayordomos, atendiendo con mucha amabilidad a los invitados en todo momento tanto en sus domicilios como en la fiesta, dirigiendo además las distintas actividades. Gracias querido Lauro Gonzáles, gracias querida Cecilia Margarita Tinoco Usúa.

Nota importante. Cecilia Margarita estuvo acompañada en todo momento por sus hermanas y primas muy guapas todas ellas elegantemente vestidas y con sombreros adornados de hermosas flores y creo que cumplieron un papel importante en esta fiesta, dando realce en todo momento al escenario de estos días de celebración. Mi admiración a ellas porque nunca las pude ver cansadas ni mucho menos agotadas; su trajín fue espectacular, siempre bailando alegremente mañana, tarde, noche y madrugada al compás del pasacalle en los desplazamientos y los huainitos en la fiesta. Felicitaciones para ellas.

Este es mi humilde relato de un acontecimiento que nunca olvidaré en mi vida, espero firmemente que San Pedrito y el Señor me permitan estar presente el próximo año.

Amo a mi querido Coris.

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