Soy docente de matemática en el colegio LSM de San Borja, soy además tutor de un grupo de adolescentes que están cursando en el presente año el tercero de secundaria. Ellos serán mis pupilos hasta culminar su secundaria si Dios lo permite; por lo tanto, me queda un poco más de dos años para dar mi aporte en su formación. Ellos y sus padres saben cuál es mi meta: “Que en el futuro sean hombres y mujeres de bien”, así de simple. Si logro esa meta, estará asegurado que sus descendientes también lo serán. Creo que todos los padres y maestros deberíamos alcanzar esa meta. De este modo estaremos propiciando la llegada de una nueva sociedad, más limpia que la actual, más justa, más honesta y con mayor educación y cultura. Por su puesto que los principales responsables siempre serán los propios padres.
Una mañana sorprendí a mis “muchanchines”, como los llamo con cariño, diciéndoles: Levanten la mano los que tienen una meta a corto plazo. Oh sorpresa…sólo levantó la mano una alumna. Le pregunté entonces ¿Cuál es tu meta a corto plazo? Ella me respondió: Terminar de leer el libro “La soledad de los números primos” que me regaló mi tía que vive en España y luego le contaré lo que aprendí. Qué sorpresa y alegría me causó su respuesta. De los 28 adolescentes que tengo a mi cargo 27 no tenían ninguna meta; es más, muchos de ellos no sabían qué es una meta a corto plazo. Hice lo propio en otras aulas de secundaria y la gran mayoría no tenían ni una meta.
Los padres deben enseñar a sus hijos lo que significa trazar una meta, e incentivarlos a cumplirlas. Las metas personales son deseos que se proponen las personas a sí mismas. Es decir que son desafíos que deben plantearse porque consideran que de alguna forma su vida mejorará si los logran.
No tiene sentido que una persona no trace sus metas. Todos, incluso los mayores luchamos por lograrlas porque eso da sentido a nuestras vidas. Una meta puede estar asociada a diferentes aspectos de la vida, como salud, la educación, las relaciones interpersonales o el trabajo. Por ejemplo, para un adolescente, aprender un idioma es una meta a largo plazo mientras que aprobar un curso en la escuela o aprender a tocar un instrumento es un objetivo o meta a mediano plazo. Las metas a corto plazo pueden ser tan simples como confesar los propios sentimientos a otra persona, leer un libro, aprobar el examen semanal o mensual; pero de todas formas el tener metas y hacer lo posible por lograrlas, representan una forma de superación personal.
Comencemos entonces a enseñar a los hijos y estudiantes a trazar sus metas a corto y mediano plazo y apoyarlos para que puedan lograrlo. Es importante que ellos sepan que para lograr una meta se requiere de esfuerzo, sacrificio y perseverancia. Trazar una meta es sencillo, pero lograrla cuesta. Un estudiante que no tenga metas será una persona que convertirá su vida en una rutina, sin sentido, sin motivación. Nunca será exitoso ni como persona ni como profesional.
Finalmente recuerden mis queridos estudiantes, que la disciplina es lo que separa a los líderes de los seguidores. Si realmente quieren hacer cambios en su vida, deben poder cumplir con sus deberes incluso si en ocasiones no quieren hacerlo, y mantener una excelente calidad y rendimiento óptimo cada vez. Ser consistente está ligado a ser paciente, donde sin importar la situación ni los obstáculos que se presenten, continúen entregando grandiosos resultados, para lograr sus metas finales.
El articulo esta muy bonito profesor, y tiene mucha razón por eso yo tmb he trazado una meta a corto, mediano y largo plazo de la cual estoy dispuesta esforzarme y dar todo de mi y así pronto poder comentarle y decirle que lo logre claro que con su aliento constante y el de mi familia lo haré para cumplir la mata de la prom 2020 de ser hombres y mujeres de bien y que en un futuro no muy lejano se sienta orgulloso de nosotros sus muchanchines.
El articulo esta muy bien, no escribo mas porque debo ir a clases pero si no tuviera escribiría mas pero el punto es que el articulo esta muy bien