Soy un convencido que somos los profesores los que finalmente determinamos en los alumnos que les guste o no la matemática. Del mismo modo creo que en el nivel primario se determina la atracción o el rechazo de los estudiantes hacia la matemática. Por ello al nivel primario en otros países le llaman la etapa de oro del aprendizaje, sobre todo porque los períodos sensitivos de un ser humano aún están frescos para el aprendizaje significativo de lo que se le enseña a un niño. Así mismo me parece un absurdo que el Estado peruano no incluya en las universidades la formación de profesores especialistas en matemática para el nivel primario. En Finlandia ubican a los mejores docentes en dicho nivel, la evaluación de selección de los docentes para el nivel primario es mucho más complejo que para el nivel secundario; por lo tanto, el Estatus de un profesor de primaria es más alto que el de un profesor del nivel secundario; es que se considera a dicho nivel como el punto de partida para que un estudiante aprenda con facilidad no solo la matemática si no también cualquier materia, y además en ese nivel los estudiantes aprenden con facilidad los buenos hábitos como el orden, la disciplina y la lectura; de tal modo que al nivel secundario llegan los estudiantes con una buena base en todos los aspectos incluyendo la parte conductual.
En una capacitación en la Pontificia Universidad Católica del Perú, el doctor Uldarico Malaspina, Director del Instituto de investigación sobre la enseñanza de la matemática de la PUCP manifestó lo siguiente:
Tuve la suerte de tener profesores que en términos generales fueron buenos. Me estimularon la vocación que se me notaba desde pequeño. Mi madre quería que fuera médico y mi padre, abogado, pero estudié Matemática en la Universidad Nacional de Trujillo. ¿Y por qué? Porque mis profesores estimularon en mí las habilidades, la vocación y aquí estoy: 43 años trabajando en la Católica, Pero esta es una mirada muy particular. En términos generales, la situación es diferente. Mi preocupación más grande está en la educación primaria. Ahí es donde se estimulan los afectos o rechazos a determinadas materias, en particular, la matemática. Y se transmite equivocadamente la concepción de que son solo operaciones, números, fórmulas y mucha memoria.
En cambio, si uno mira la prueba PISA, se enfatiza mucho en problemas tomados de la realidad. Por eso últimamente los trabajos que vengo realizando ponen énfasis en la creación de problemas de parte del profesor. Si solo vamos a enseñar con problemas sacados de los libros, sin vincularlos con el contexto del alumno, vamos a seguir lamentándonos, como viene ocurriendo cuando se dan los resultados PISA.
Hay, por lo tanto, mucho que hacer en el sector educación de nuestro país; muchas veces nos sentimos impotentes cuando observamos los errores estructurales tanto en la política educativa de las escuelas, así como también en la del Estado peruano.