Aprovechando unos días de intermedio en mis labores pedagógicas por las fiestas patrias comparto con ustedes algunas reflexiones sobre lo que hacemos o no hacemos, lo que pensamos o no pensamos los profesores, en nuestro continuo batallar al llevar educación y por ende cultura a los niños, adolescentes y jóvenes universitarios de nuestro país.
REFLEXIÓN 1.- Creo que los profesores en el Perú, tenemos que hacer en estos tiempos un esfuerzo enorme y mucho más sacrificado comparado con el esfuerzo que se hacía algunas décadas atrás para llevar a cabo el proceso de la enseñanza aprendizaje con nuestros estudiantes. Hoy todo es diferente. Recordemos que no nos ha tocado vivir una época de cambios, sino los cambios de una época. Antes se consideraba a la escuela y a la universidad como el “templo del saber”, porque era el lugar a la que tenían o tienen aún que asistir los estudiantes para aprender. Hoy los aprendizajes se pueden dar en todo lugar, en todo momento, gracias a la tecnología avanzada que tenemos a la mano como es la Internet. La escuela era el templo del saber donde los profesores enseñábamos a nuestros estudiantes a nadar en una piscina de conocimientos. Hoy los profesores somos los que primero tenemos que aprender a nadar ya no en esa piscina del conocimiento, sino en un mar de conocimientos; pues por efectos de la globalización vivimos en la sociedad de la información y del conocimiento, donde el tiempo se hace totalmente insuficiente para poder por ejemplo intentar leer alguna porción de los millones de nuevos conocimientos publicados diariamente en todo el mundo. Incluso creo que debemos aceptar que ya pasamos hace rato de la sociedad del conocimiento a la “Sociedad en Red” (Según Castell-2014). Por ello, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cobran importancia, ya que sirven como un apoyo necesario en el proceso de enseñanza aprendizaje permitiendo contar con una diversidad de información, generando interés y motivación; y permitiendo también una interacción, actividad continua y aprendizaje cooperativo. Por todo ello creo que los profesores tenemos que salir de lo tradicional y entrar a la modernidad, cuesta mucho trabajo y esfuerzo pero no hay alternativas, hoy los profesores del Perú tenemos que aprender, si o si, a nadar en el mar de los nuevos cambios esperando, por supuesto que el Estado haga su parte: modernizar totalmente el sistema educativo en nuestro país.
REFLEXIÓN 2.- Las siguientes frases son frecuentes en la mayoría de nosotros los docentes cuando nos referimos a nuestros estudiantes:
*“Los estudiantes de hoy sólo quieren obtener notas aprobatorias” (porque no están dispuestos a ir más allá de lo mínimo indispensable para lograrlo).
*“Son inmediatistas y presentistas” (pareciera no importarles la trascendencia que tienen para su vida personal lo que hagan y dejen de hacer hoy).
*“No traen los conocimientos previos requeridos”(…para aprender los contenidos de los cursos).
*“Son pasivos y les agrada la comodidad” (pareciera que están siempre esperando que todo les llegue fácil y simplificado).
*“No son críticos, ni analíticos”.
*“No pueden resolver problemas complejos” (parece que sólo son capaces de resolver problemas típicos o semejantes a aquellos que se les enseñó a resolver…a veces ni eso).
*“No buscan más información, ni utilizan más que sus libros de texto o guías”.
*“No estudian constantemente”.
*“No saben trabajar en equipo”.
*“No son capaces de estudiar por sí mismos”. *“Memorizan sin comprender”.
Si los docentes nos ponemos a analizar conscientemente, estos comentarios, además de ser frecuentes, creo yo, revelan una perspectiva muy particular y casi sin ninguna o poca autocrítica. Generalmente cuando analizamos los resultados estadísticos del rendimiento académico, cometemos el error de responsabilizar sólo al estudiante; es decir, las dificultades, las limitaciones y los fracasos de la educación Básica Regular están sólo en los estudiantes y no hay problema alguno en los planes de estudio, en el currículo, en los materiales de enseñanza y en los métodos que empleamos los docentes. Es, sin duda, una mirada que sólo vemos, pero que no miramos para mejorar. Muchas veces hemos tratado de justificar diciendo: No debe haber dificultad alguna en los estudiantes “Si venimos tantos años enseñando de la misma manera y tenemos tantos exalumnos exitosos”. Pensamos además que “Los estudiantes de antes definitivamente eran mejores que los de ahora.” (sin confundir mejores educados que hoy)
Sería bueno, para bien de la institución y de nuestros alumnos, que los profesores nos atrevamos a voltear la mirada y a preguntarnos: “¿No será que yo tengo que cambiar primero? ¿No será que lo que hago y cómo lo hago está contribuyendo, o causando, esa situación y esas reacciones en nuestros estudiantes?” Y, en ese momento, cuando los docentes nos atrevamos a mirar nuestro curso, nuestro estilo de enseñanza, nuestros materiales, nuestras formas de evaluar, entonces creo que se iniciará el cambio. Y si este mismo pensamiento lo tomaran en cuenta los padres de familia mucho más efectivo sería el inicio del cambio.
Necesitamos hacer el intento para lograr ese cambio. Olvidémonos por un momento de nuestras permanentes quejas sobre el comportamiento del alumno y la falta de apoyo de los padres. Y mirando de manera diferente nuestras acciones pedagógicas, encontremos una forma o un método que haga posible lograr en este segundo semestre que los estudiantes:
- Aprueben los cursos, pero con la seguridad de que han aprendido lo necesario.
- reciban feedback y recompensa inmediata, pero a cambio de aprendizajes significativos y trabajos de calidad.
- reaprendan lo que aprendieron mal o aprendan lo que necesitan aprender.
- comprendan y no que memoricen la información sin comprenderla.
- sean aprendices activos.
- estudien constantemente.
- desarrollen su criticidad y capacidades analíticas.
- aprendan a resolver problemas complejos.
- aprendan a buscar información y a utilizar diversas y múltiples fuentes.
- aprendan a trabajar en equipo y a comunicarse.
- aprendan a ser autónomos.
Creo que podemos hacer el esfuerzo de olvidar por un momento los otros factores que efectivamente intervienen en los problemas del aprendizaje (alumnos, padres de familia, sistemas) y pensemos por un momento, como afirman Duch, Groh y Allen, que “los métodos tradicionales no sirven para desarrollar todas las habilidades y capacidades que requiere un estudiante”.