Pepe es un amigo de los hijos de una de mis hermanas; esa amistad de la época escolar viene desde la década de los 80. Ellos se conocieron en un colegio de Toquepala. El amigo Pepe según recuerdan mis sobrinos era un adolescente inquieto pero muy inteligente. Antes de culminar sus estudios secundarios Pepe se trasladó a Lima, perdiendo todo tipo de comunicación con mis sobrinos. Después de algunos años Se volvieron a reencontrar en Lima; Pepe es quien buscó y encontró a sus amigos de colegio. Desde entonces esa amistad se fortaleció entre ellos convirtiéndose casi en hermanos, tanto así que Pepe casi vivía en la casa de mis sobrinos. De esta manera el resto de la familia pudimos conocer al amigo Pepe quien de paso se convirtió en un sobrino más, un sobrino muy querido por todos, en especial por mi querida madre.
Hoy escribo sobre el amigo Pepe porque nunca antes pude conocer a un amigo con las especiales características que él posee. Al principio, para mí era un amigo más de mis sobrinos. Lo veía a Pepe muy respetuoso con los mayores de casa, pero entre ellos era palomilloso, juguetón, deportista y fiestero. Poco a poco iba observando en su persona que no era un amigo más; se convirtió casi en un familiar para nosotros los mayores. De allí fue que pude ir recogiendo y guardando en mi mente pasajes de su vida juvenil, universitaria y profesional, sintiendo cada vez mayor admiración por él. ¿Los motivos?, aquí unos pequeños ejemplos cuyos detalles marcan la diferencia con los demás amigos:
*La familia compró una Custer para iniciar el negocio de transporte. Y para ahorrar servicios, los sobrinos trabajaban en jornadas alternas como chofer y cobrador. A veces por razones de estudios faltaba un cobrador; entonces El amigo Pepe un joven universitario de la PUCP se ofrecía sin ningún recelo ni vergüenza, y poniéndose un gorro en la cabeza tomaba el puesto de cobrador en varias jornadas difíciles como en las horas punta. Cierto día vi pasar a la Custer por la avenida universitaria repleto de pasajeros, es cuando me causó mucha ternura y admiración a la vez al ver al amigo Pepe colgado de la puerta gritando con fuerza: ¡Universitaria!, ¡San Marcos!, ¡la católica!…. como lo hacen los cobradores expertos, sin inmutarse ni avergonzarse cuando subían incluso sus propios compañeros o compañeras de la universidad. Para los jóvenes de hoy ese acto es sólo de valientes y casi ya no existen.
*Otro ejemplo que recuerdo con aprecio y gratitud: Los regalos que hacía a las sobrinas más pequeñas de la casa siempre fueron muy significativos porque esos regalos generalmente eran libros especiales para ellas como cuentos o libros de lectura sencilla, pero luego de haber hecho el regalo las alentaba en el hábito de la lectura llamándolas permanentemente por teléfono para indagar lo que habían leído y lo que habían comprendido; es decir ejercía además un control de amigo y de profesor.
*El amigo Pepe, tiene un corazón noble y generoso para con todos. Recuerdo que cierta vez hizo una donación de material educativo a las escuelas de un pueblo en las alturas de la cordillera negra del Callejón de Huaylas. Personalmente viajaba para hacer la entrega de sus donativos y luego monitoreaba el uso de los mismos evaluando los resultados; para ello no tenía reparos en viajar continuamente a esas comunidades alejadas de la civilización. En uno de esos viajes de generosidad se malogró el carro y tuvo que pernoctar en las alturas dentro del mismo carro y sin ningún tipo de abrigo, pero eso no lo desanimaba a seguir colaborando con la educación de quienes menos tienen y menos pueden. Un gesto noble, altruista y ejemplar.
*El amigo Pepe es una persona excepcional, llena de virtudes e inteligencia. Hay muchas acciones bondadosas que ha realizado y no me alcanzaría este espacio para publicarlo; sólo quiero decirle desde esta columna que de lo que estoy enterado recientemente por la enfermedad de mi querida madre le guardo y guardaré siempre una gratitud infinita. Además, la recompensa será las múltiples bendiciones sobre él y su querida familia.
Hoy graduado como Ingeniero electrónico y con una maestría en finanzas, ejerce su trabajo en una prestigiosa empresa en los Estados Unidos y cada vez que viene al Perú, su forma de ser no ha cambiado, alegre, risueño, respetuoso, con un carisma grande y siempre con su corazón bondadoso dispuesto a servir a quienes lo necesitan.
Mientras el amigo Pepe dedica su tiempo a su trabajo con eficiencia y amor, habrá siempre en la mente y el corazón de muchas personas ofreciéndole sus oraciones con gratitud por todo lo bueno de todas sus acciones de desprendimiento y solidaridad.
Admiro realmente al amigo Pepe, porque otro amigo como él difícilmente se consigue en este mundo.