Josemaría Escrivá de Balaguer, el sacerdote ahora santo y fundador del Opus Dei “La obra de Dios”, fue el primer sacerdote en sostener que para llegar a ser santos no es requisito indispensable ser un religioso o una religiosa, él afirma que todos podemos llegar a la santidad desde el trabajo; es decir haciendo y ofreciendo nuestro trabajo con eficiencia y dignidad. Pero cuando se refiere al trabajo desde el trabajo se entiende no sólo para quienes trabajamos, se refiere a todas las acciones que realizamos en nuestra vida ordinaria, es decir a nuestras obligaciones y compromisos que desarrollamos diariamente; por lo tanto si trabajamos trabajando bien, si estudiamos estudiando bien, contando en todos los casos con el arma de la Obra de Dios que es la oración. Bajo este pensamiento San Josemaría Escrivá esperaba ver en los altares santos a hombres o mujeres comunes y corrientes con sus respectivos instrumentos de trabajo, niños o jóvenes con un libro en la mano.
Precisamente respecto a este tema de la santidad desde la vida ordinaria predicada por San Josemaría Escrivá, el Papa Francisco acaba de manifestar hace poco lo siguiente:
Necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas.
Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.
Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad.
Necesitamos santos que busquen tiempo para rezar cada día y que sepan enamorarse en la pureza y castidad, o que consagren su castidad.
Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod.
Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.
Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos.
¡Este es el valioso mensaje del Papa y de San Josemaría Escrivá para todos nosotros…para todos ustedes queridos niños y jóvenes estudiantes del Perú y del mundo entero!!!