Es una pregunta interesante para los padres de hoy, al mismo tiempo muy difícil
de contestar.
Tuve la suerte de crecer en una época donde mis padres tenían mucho tiempo para nosotros sus ocho hijos. Mi padre era empleado y mi madre era la reina de la casa. Una reina especial porque se encargaba de todos los quehaceres del hogar, es decir nunca descansaba, pero era y sigue siendo nuestra reina.
Muy temprano, casi en la madrugada, nos levantaba para hacer “todos juntos” la oración de la mañana, luego mientras nos preparábamos para ir al colegio, nuestra reina preparaba el desayuno y desayunábamos “todos juntos”, para luego salir los hijos al colegio y mi padre al trabajo. Al medio día nuestra reina nos esperaba para almorzar “todos juntos” y nuevamente regresábamos en la tarde al colegio y mi padre al trabajo. En la noche igualmente “todos juntos” en la cena que era más divertida porque teníamos más tiempo para conversar y recibir las recomendaciones y consejos de papá y mamá, y luego a hacer las tareas. Los fines de semana eran de mayor unión familiar con paseos al campo y los domingos asistir a misa “todos juntos”. Añoro con mucha nostalgia esos tiempos felices de mi niñez y adolescencia.
Hoy la vida familiar es muy complicada en cuanto se refiere a compartir juntos padres e hijos. El ritmo de vida se acelera cada día, papá y mamá en su gran mayoría salen a trabajar casi todo el día; los desayunos, almuerzos y cenas es en la mayoría de los casos por cuenta de cada uno y en horarios diferentes. Muchas madres hacen de mamá y papá. Entonces me pregunto: ¿A dónde se fue el tiempo?
Un estudio del centro de Familias del Perú reveló que el 53% de las mujeres profesionales que laboran en empresas privadas le dedican sólo 21 horas semanales a sus hijos, es decir de 3 a 4 horas al día. En el caso de los papás, comparten no más de dos horas al día con ellos.
Es verdad y penoso todo esto, el empleado moderno le está dando mayor importancia al trabajo. Si bien, esto le permite conseguir o mantener un estatus de vida deseado, a cambio se deterioran los lazos familiares. Mientras que el 69% de profesionales destina entre 10 y 12 horas diarias a la compañía en que trabaja, los hijos se quedan cada vez más solos, sin protección ni cariño y peor aún, sin control de parte de los padres, en algunos casos los dejan al cuidado de empleadas que no garantizan en nada el buen cuidado ni el buen control.
“El mundo moderno nos está haciendo perder un tiempo muy valioso con la familia”, indica la psicoterapeuta Liliana Tuñoque, quien recomienda organizar mejor el tiempo, sugiriendo a la vez que cumplan una regla muy importante: No llevar trabajo a casa.
Por mi parte sólo puedo decirles a los padres de familia con hijos en edad escolar que el tiempo que pierden no estando junto a sus hijos es irrecuperable y no olviden además que su familia debe ser considerada como una empresa especial, una empresa propia de mucho valor e importancia. La empresa o Compañía donde trabajan puede quebrar y ustedes tendrán que ir en busca de otra; pero si la empresa familiar quiebra con hijos reprobados en los estudios o con problemas serios de conducta, no habrá otra empresa familiar donde refugiarse, pues su familia es única. Organicen su tiempo para compartir mayor número de horas con ellos brindándoles mucho amor pero ejerciendo un estricto control con autonomía y autoridad.