EL LUGAR DE LA ÉTICA EN LA EDUCACIÓN

etica 

Miguel Polo Santillán de la facultad de educación de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega escribe que los términos ética y moral tienen mucha historia que los antecede; pero la forma de entender hoy estos términos no son las únicas posibles, sino que corresponden al tipo de cultura en la que vivimos. La “ética” como disciplina filosófica, estudia una determinada realidad social denominada “moral” o “moralidad”. Esta  forma de entender a la ética ha hecho de ésta una disciplina teórica y abstracta que en poco o nada colabora  con la vida de las personas. Por eso resume Miguel Polo Santillán a la ética como “el arte de aprender a vivir bien”. La tarea de la ética es doble: la primera, es la comprensión del fenómeno moral; la segunda, es la tarea prescriptiva, proponer soluciones al entrampamiento moral actual. De ese modo, la ética sigue el dictamen socrático: no se trata de vivir por vivir sino vivir bien. Entonces, el par de opuestos moral e inmoral, actúa dentro de la misma esfera moral, donde una acción es buena (ayudar al prójimo) y la otra mala (por ejemplo robar, engañar, hacer fraude).

En cuanto a la ética del educador resumo en dos aspectos importantes: El educador como ser humano y el educador como profesional. En el primer caso, no hay ética  en el educador si no percibe su vida como ser humano y si no aprende a vivir día a día no solo como profesional, sino como un ser humano; es decir, el vivir viene antes que el enseñar, primero somos seres humanos y luego somos profesores y no olvidemos que  nuestro cuidado y preocupación por nuestra actividad profesional implica coherencia y una responsabilidad con la vida humana. En cuanto al educador como profesional, pone en juego en el ejercicio de su actividad tres dimensiones de su existencia: La social porque educa a las nuevas generaciones permitiendo la continuidad de la cultura humana; la económica porque influye tanto en la economía social y personal y la dimensión personal porque afecta su vida tanto interna como externa.

¿Y LA MORAL?.- No es una dimensión más en la vida del educador, sino que subyace a todas las dimensiones. Toda actividad de un educador está marcada por la moral.

Conclusión: “La educación es el arte de aprender a vivir bien, por lo tanto tiene un esencial contenido ético”.

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